La raza Boston Terrier no es una raza especialmente problemática de salud o por lo menos no más que cualquier otra. Debido a sus orígenes, básicamente el Terrier Inglés Blanco (actualmente extinto) y el Bulldog Inglés, presenta una serie de características fenotípicas y genotípicas determinadas.
Actualmente existen distintas pruebas de salud, recomendadas por los distintos clubes de nuestros países vecinos encaminados a criar de una manera donde poco a poco vayamos disminuyendo el impacto de las distintas patologías en las líneas de sangre.
Este va a ser uno de los objetivos que se va a marcar el recientemente creado Club del Boston Terrier Español, para fomentar e instaurar de una forma progresiva la realización de las mismas entre aquellos ejemplares destinados a la cría.
PROBLEMAS OCULARES
Hay múltiples enfermedades que pueden afectar a los ojos de los perros en general, pero sin duda, la patología oftalmológica que con más frecuencia se da en los animales es la “úlcera corneal”.
Y el Boston Terrier, al igual que el resto de los perros braquicéfalos, está entre las razas especialmente predispuestas. En el estándar de la raza se insta a conseguir ejemplares con ojos «abiertos, grandes, redondos y de color oscuro». Y precisamente estos ojos tan prominentes los hace bastante propensos a sufrir lesiones oculares fundamentalmente por traumatismos de distinto grado.
Las úlceras corneales pueden ser a veces difíciles de tratar y si llegan a complicarse con infecciones severas o perforación corneal, pueden desencadenar en la pérdida del ojo.
Existen además otro tipo de enfermedades oculares que no son infrecuentes en el Boston Terrier, muchas de las cuales se manifiestan como consecuencia de una predisposición genética y pueden ser hereditarias.
La “Catarata” es la opacificación de una lente que hay dentro del ojo, conocida con el nombre de cristalino, que como consecuencia pierde su trasparencia y desemboca en ceguera. En el Boston Terrier se han descrito
dos formas de presentación: la Catarata Temprana (EHC- Early Hereditary Cataract) que aparece sobre los 6 meses de edad y progresa hasta opacidad en 2-3 años (con test genético) y la Catarata Tardía (LHC- Late Hereditary Cataract), que aparece después de los 4-6 años y con una progresión variable (no hay test genético). En ambos casos son de carácter hereditario.
El «Ojo de Cereza (cherry eye)» consiste en un prolapso de la glándula lagrimal de la membrana nictitante (también conocida erróneamente como tercer párpado) y se presenta en aproximadamente el 6% de los Boston Terrier de acuerdo con la Encuesta de Salud 2001. Este es un defecto congénito que tiene una predisposición de la raza. El modo de herencia es desconocido. La cirugía mediante reposición de la glándula lagrimal es indispensable para evitar las consecuencias de un ojo seco en un futuro. Bajo ningún concepto (salvo tumor) se debe extirpar esta glándula.
La “Distrofia Corneal” es también una anomalía genética típica de esta raza. Según la doctora Julie Gionfrido, Diplomada ACVO, el Boston Terrier tiene una forma de distrofia endotelial que suele comenzar en la mediana edad (de 5 a 7 años). Su modo de herencia es desconocido. Esta enfermedad comienza como una acumulación de líquido (edema) que hace que la córnea se vuelva turbia, blanquecina. Comienza en el borde de la córnea, progresa de forma centralizada y con frecuencia involucra a toda la córnea. Puede causar úlceras dolorosas en la córnea que son difíciles de tratar.
El “Glaucoma” es una de las enfermedades más graves y complicadas en Oftalmología. Es difícil de “predecir” su desarrollo en un futuro, pero en un examen ocular profundo se pueden encontrar algunos hallazgos que nos orienten hacia una posible predisposición. Afecta a alrededor del 1% de los Boston Terrier, según algunas estadísticas. Consiste en un aumento repentino de la presión intraocular y si no se controla, desemboca indefectiblemente en ceguera acompañada de gran dolor.
La “Distiquiasis” es una condición donde crecen pestañas anormalmente en la superficie interna del párpado. A veces son asintomáticas pero otras causan molestias, conjuntivitis e incluso úlceras en la córnea. La eliminación de estas pestañas conflictivas resuelve el problema.
El “Entropión” consiste en la inversión de una parte del margen palpebral provocando el roce de los pelos sobre la superficie de la córnea y, en consecuencia, inflamación generalmente acompañada de ulceración corneal. Por la fisionomía de su hocico no es extraño que el Boston Terrier padezca de un entropion inferior nasal, pero pocas veces tiene consecuencias serias. En los casos problemáticos, una intervención de cirugía plástica para el párpado por lo general soluciona el problema. También se considera un trastorno hereditario.
La “Queratoconjuntivitis seca” es lo que comúnmente se conoce como «ojo seco» y se estima que aparece en 1 de cada 50 Boston Terrier en edades tempranas. Consiste en una disminución en la producción de lágrimas normalmente por causas inmunomediadas. Puede dar lugar a infecciones oculares dolorosas y crónicas. Si se trata antes de que el problema se cronifique, lo habitual es que responda bien y se controle con tratamiento médico. Se cree que se hereda, pero el modo de herencia es desconocido.
EL CERTIFICADO DE TARAS OCULARES – EHOC.
Con estos antecedentes y sabiendo que hay descritas en torno a una veintena de enfermedades oculares en el Boston Terrier que son hereditarias (referencia: Dr. George Padgett, «Control de las enfermedades genéticas»), huelga hacer hincapié en la trascendencia que tiene hacer chequeos oculares periódicos a los ejemplares de la raza destinados a la cría. Es mandato obligatorio para un amante de la raza Boston Terrier velar por la pureza y la mejora de la misma, controlando en todo momento aquellos animales que manifiesten “defectos” oculares independientemente de su belleza.
Un correcto examen oftalmológico llevado a cabo por un buen profesional veterinario, en las condiciones adecuadas y siguiendo estrictamente las pautas de un Certificado EHOC, es sin duda alguna, una herramienta muy valiosa para trabajar con la raza en este sentido.
PROBLEMAS TRAUMATOLÓGICOS
Luxación de rótulas:
El problema ortopédico más común encontrado en el Boston Terrier es la luxación de rótula, que puede conducir a la ruptura del ligamento cruzado anterior.
La rótula canina es el equivalente a la rodilla humana. Cuando se disloca se desplaza en sentido medial (hacia dentro) y luego puede volver a su posición inicial. Esto se llama «luxación de la rótula medial».
Cuando la rótula no es estable, puede desplazarse pero sin salir de la articulación (subluxación), cuando se sale del todo es una luxación propiamente dicha.
La causa del problema puede ser por un traumatismo o por causa genética (lo más común).
La lesión traumática se puede producir cuando la pierna del perro es atrapado de alguna manera y lucha por liberarse o durante un tiempo de juego demasiado entusiasta cuando el compañero de juego agarra el pie y la mantiene apretada mientras que el cachorro excitado trata de escapar. Cualquier accidente similar puede dañar de forma permanente la articulación.
Cuando la luxación es de carácter genético, se debe a un desarrollo anormal de la pierna. Hay una pequeña ranura que es una parte de la estructura que permite que la rótula pueda moverse libremente. Cuando esta ranura es demasiado baja o cuando la pierna está ligeramente inclinada, los ligamentos que sujetan la rótula puede ser dañados, debilidad en los ligamentos, etc. La heredabilidad es poligénica.
Los signos de luxación de rótula son cojera, dolor y el perro con frecuencia puede dejar de estirar la pata trasera detrás de él. Este enderezamiento de la pierna se hace para permitir que la rótula aparezca de nuevo en su ranura normal.
Hay varios grados de luxación (del 0 al 4). «0», ausencia de luxación; «1» intermitente; «2» no permanente; «3» permanente y reducible y «4» permanente no reducible. En los grados 3 y 4, la cirugía es una necesidad.
En España aún no hay unas directrices sobre el grado de luxación de patelas permitido para criar, países como por ejemplo Alemania permiten hasta el grado 1.
Importante en los Boston con luxación de rótulas que mantengan un peso adecuado.
Se recomienda que la prueba de la rótula se realice cada dos años debido a los cambios que pueden ocurrir en la rótula. Lo más importante es hacerlo antes de aparear a su perro. El perro debe ser revisado cada dos años si es regularmente utilizado como semental. Se ha sugerido que un perro no debe criar si más del 25% de sus compañeros de camada se ven afectados.
La primera prueba puede realizarse cuando el cachorro tiene 6-8 semanas, pero sólo cuando cumple los 12 meses se puede certificar con exactitud.
Hemivértebra:
En razas braquicéfalas (como el Bulldog Inglés, Bulldog Francés y en el Boston Terrier) se dan muy a menudo dos problemas en sus espaldas, que son: las malformaciones vertebrales clínicamente significativas (como las hemivértebras) y la enfermedad degenerativa discal.
La columna canina normalmente tiene entre 49-53 vértebras, según la longitud de la cola. En estas razas al tener una cola tan corta tienen entre 10-15 menos.
El gran número de vértebras junto con el complejo desarrollo de cada uno de los centros de formación de huesos, predisponen a una alta probabilidad de errores. Muchos defectos representan un desarrollo incompleto, como se ve en la hemivértebra (“en forma de mariposa”). Este es un defecto congénito (presente al nacer) con una base genética (hereditario), aunque es poco probable que el mecanismo sea un simple gen. Una hemivértebra se forma cuando la mitad derecha y la mitad izquierda del cuerpo vertebral no se fusionan, creciendo de forma desigual y produciendo un cuerpo vertebral vertical en forma de cuña, con lo que deforma al canal espinal pudiendo comprimir a la médula espinal provocando graves daños. Mostrando el animal dolor o pérdida de sensibilidad, parálisis, etc.
Como la mayoría de las hemivértebras se detectan de manera incidental en las radiografías que se hace por otras razones, está claro que por lo general son asintomáticas.
La mayoría de los problemas son causadas por la enfermedad degenerativa del disco.
Debido a esto, es difícil saber cómo decidir si criar un perro con hemivértebra. Si una perra tiene más de una, o si tiene algún signo de deformidad del canal, inestabilidad o debilidad muscular y / o dolor relacionado con hemivértebra, no deben ser usados para la cria por el esfuerzo adicional que el embarazo pondría en la espalda . Si un perro o perra tiene varias hemivértebras, o ha producido cachorros con hemivértebras múltiples y / o problemas sintomáticos de nuevo, no deberían ser usados. Pero si un animal con sólo una hemivértebra individual, sin problemas clínicos relacionados con la situación y posee características deseables que debe ser perpetuado.
PROBLEMAS AUDITIVOS:
La sordera ha sido conocida en el Boston Terrier desde los orígenes de la raza.
Varios de los libros antiguos hacen referencia a los perros que eran sordos. Hoy en día, tanto el Dr. George Strain, autoridad mundial en la sordera canina, y el Dr. Bruce Cattanach, genetista canino de la Universidad de Oxford, están de acuerdo en que la mayoría de la sordera en Boston Terriers es, sin duda causada por el gen que causa blanco / azul en los ojos en casi 60 razas caninas. (En algunos casos puede haber otras causas de la sordera como una infección.)
Cuando el embrión se encuentra en el proceso de formación, las células pigmentarias de la cresta neural (espina dorsal de embriones) migran hacia el exterior y formar el patrón de las marcas del Boston Terrier al que estamos todos acostumbrados. Este patrón se llama el patrón irlandés manchado y es nombrado por los genetistas S (i). Hay otro gen que se encuentra en algunos Boston Terrier llamado el gen overo, y es considerado por algunos como responsable del manto blanco «overmarkings» que se encuentran en algunos Boston Terriers. Este gen es identificado como S (p). Se cree que este gen es responsable de la mitad las cabezas blancas y collares excesivamente amplios etc En realidad, hay muchas cosas que no se sabe acerca de estos genes de color y exactamente cómo se expresan. En cualquier caso, en la cantidad de blanco, especialmente en la cabeza, parece haber una estrecha relación con la sordera en Boston Terriers.
Para reducir la incidencia de la sordera, se puede optar por selección en la cría, usando sólo ejemplares con las marcas mejor conservadas, con menos blanco en su manto y rechazando ojos azules, o realizar el Test de BAER, que consiste en la medición de los potenciales evocados auditivos, osea, el registro de la actividad eléctrica en las vías de la cóclea y vías auditivas cerebrales. Lo debe realizar un veterinario acreditado para ello.
SÍNDROME BRAQUICEFÁLICO:
“Braqui” significa “acortado” y “céfalo”, “cabeza”, aspecto de cara aplastada o chata.
Éste término se refiere a una entidad patológica que presenta una o más de las siguientes anomalías en el animal: estenosis de los orificios nasales, paladar blando elongado, eversión de los sáculos laríngeos (que producen colapso laríngeo) y reducción del diámetro de la tráquea. Todo ello hace difícil respirar debido al aumento de la resistencia en las vías respiratorias y mayor esfuerzo en inhalar.
Entre los síntomas que manifiestan encontramos respiración trabajosa y ruidosa, intolerancia al ejercicio, reflujo, tos, estornudos, cianosis (se ponen de color azul), susceptibilidad a los golpes de calor, aumento en la incidencia de enfermedad dental y periodontal, infecciones en los pliegues de la cara, aumento del riesgo anestésico, etc.
En muchos casos requiriendo cirugía para solventar los problemas anatómicos.
SARNA DEMODÉCICA:
Esta enfermedad es causada por la presencia del ácaro Demodex canis en los folículos pilosos del perro en conjunción con un sistema inmune deficiente. La enfermedad se cree que está causada por un defecto genético en el sistema inmune. El Boston Terrier figura entre las razas con predilección familiar a la sarna.
Está documentado que los ácaros Demodex están presentes en casi todos los perros sanos y pasan su vida entera en los folículos del pelo sin causar problemas, sólo en aquellos casos donde el sistema inmune es deficiente se manifestarán los signos y síntomas.
Principalmente afectan a perros jóvenes y cachorros aproximadamente sobre los 4-6 meses de edad. La mayoría de los perros afectos terminan la maduración del sistema inmune sobre los 12-18 meses y se resuelve el problema.
El diagnóstico se realiza con raspados cutáneos del folículo piloso donde se identifica al ácaro.
En los casos localizados (menos de 5 puntos de sarna) el tratamiento es local tópico. En cambio si la afectación es generalizada (más de 5 puntos de sarna) los tratamientos son tópicos (con baños con acaricidas) y sistémicos (antibióticos, complejos vitamínicos, etc).
Algunos expertos recomiendan no criar con ejemplares que hayan presentado eventos de sarna demodécica para evitar seguir transmitiendo la sensibilidad inmunológica.
La búsqueda del equilibrio entre la salud, el carácter y la morfología es el objetivo último de todo criador que se precie. Ese equilibrio no es tarea fácil de ahí el arte de la cría apoyándose en la ciencia.